UC - Críticas
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LA CASA ES MI CÁRCEL
"Rabia" es un drama opresivo y oscuro que nos llega a través de una co-producción hispano-colombiana producida por Guillermo del Toro, que deja su huella en la cuidada y barroca estética del film, que nos llega avalada por excelentes críticas en el Festival de Málaga donde se llevó los galardones al de Mejor Película, Mejor Fotografía y Mejor Actor Secundario (Àlex Brendemühl), además de una Mención Especial para su Actor Protagonista (Gustavo Sánchez Parra).
José María es albañil y Rosa empleada doméstica interna. Son inmigrantes sudamericanos, trabajan en España y desde hace pocas semanas son pareja. José María tiene una personalidad volátil y una discusión le lleva a un enfrentamiento con su capataz, que culmina con la muerte accidental de este último. José María no sabe qué hacer y se refugia en la mansión donde trabaja Rosa, sin contar nada a nadie, ni siquiera a ella.
Se trata de un film interesante e intenso, con una factura técnica impecable, destacan la fotografía y la escenografía que dotan a la casa donde transcurren los hechos de vida propia, pero que contiene diversos pasajes de guión poco creíbles que perjudican el resultado final. La mejor baza para que la propuesta funciona es el magnífico trabajo de todos sus actores, especialmente su protagonista masculino Gustavo Sánchez Parra que tuvo que adelgazar 20 kilos para acometer la transformación física y psicológica de su personaje (por otro lado, un personaje del que se nos ofrecen menos datos de los que nos gustaría para entender mejor sus motivaciones y poder empatizar mejor con él).
Con el tema de la inmigración y de la diferencia de clases como transfondo, pero sin llegar a profundizar en exceso en esa reflexión, Cordero nos propone un drama claustrofóbico llevado hasta sus últimas consecuencias, brutal y asfixiante, que bordea con inteligencia el suspense e incluso el relato de terror gótico, pero que no logra un film completamente redondo por los detalles argumentales antes aludidos (como las repetidas escenas donde el personaje que vive oculto en la casa sin que nadie lo sepa, se pasea constantemente junto a ellos como Pedro por su casa) que nos distancian de la emoción necesaria para alcanzar el excesivo (y por otro lado previsible) clímax final.
